27 de noviembre de 2023

Marta.

 

Marta llevaba tiempo queriendo estudiar y volver a la normalidad, su normalidad.

Era final de verano, tras dos años Marta había vuelto de su ingreso hospitalario, estaba feliz pero nerviosa e impaciente por conocer a gente nueva, le habían adjudicado una plaza en la carrera a último momento.  Las clases ya habían empezado, llegaba un día más tarde que sus otros compañeros pero no le importaba, estaba dentro.

Cómo siempre, ella se puso detrás pasando desapercibida, aunque ella quería conocer gente nueva era tímida y los nervios se la comían por dentro. La primera clase fue horrible para ella, no sabía como empezar una conversación con sus compañeros, al principio. La siguiente clase fue un poco más amena, la chica que tenia al lado era de conversación fácil, trabajaba en un bar y tenía ese don de gente que le faltaba a Marta. Ella se tranquilizó, fue hablando con esa chica, Sandra se llamaba, Marta le preguntó todas esas dudas que tenia de los primeros días de clase. Fueron pasando los días y Marta estaba cada vez mejor en clase aunque en los descansos se sentía un poco sola. Se empezaban a formar esos grupos en los que compartirían horas y horas de risas, estudios, trabajos y ella tenía miedo de no encajar. 

Hasta que un día todo cambió. Marta estaba haciendo unos trabajos en casa, tenia puesta la música, le encantaba escuchar música durante horas y horas, cuándo de repente empezaron a enviar mensajes en el grupo de clase, estaban preguntando por una chica, se había ido de la universidad y nadie lo sabía. Nadie, excepto Marta. Marta pasaba las horas de los descansos con ella y lo sabía.

Marta decidida no dudó en responder esos mensajes, "Ha dejado la universidad, tenía problemas en casa y no podía hacerlo todo." 

Hubo cinco minutos de silencio, nadie decía nada, hasta que volvieron a hablar lamentándose y poniéndose tristes por ella.  En ese instante Marta recibe un mensaje privado: "Que le ha pasado por dejarlo todo?"

Marta no lo sabía, pero ese mensaje le cambiaría la vida y la llenaría de dudas infinitas.

Lucía era quien le preguntaba, una chica que no pasaba desapercibida en clase por sus infinitas tonterías que hacía.  Marta la respondió y le contó un poco sin entrar en detalles. Lucía no dejaba de hablar a Marta, se interesó por lo que hacía y le preguntaba por las clases y los trabajos que les mandaban. Iba oscureciendo y ellas dos seguían hablando, habían creado una conexión tan rápida que les pasaron las horas volando. Eran las dos de la madrugada hasta que Marta le dijo que se iría a la cama ya que tenían que madrugar al día siguiente y rápidamente Lucía le respondió: "Vale, pero con una condición." Marta ya no sabía por dónde le saldría después de haber reído como nunca por la tarde. Aceptó.

"Mañana cuándo me veas, salúdame que no muerdo y dame un abrazo."

Marta se quedó en shock. ¿Un abrazo? Aunque se quedó sin aliento, aceptó la propuesta y se fue a la cama sin saber que pasaría la mañana siguiente.


06:45 de la mañana.

Suena el despertador. Marta abre los ojos y lo primero que hace es poner música.

Aún un poco dormida se toma el café mientras peina ese pelo largo y rubio, duda si hacerse una coleta o dejar que sus ondas se muevan a cada paso que da. Y aunque aún haga un poco de calor decide dejarlo suelto. 

Mira el reloj, y de repente... "Mierda!" se había despistado y cómo no se fuera ya de casa iba a llegar tarde a clase. Se subió al coche y empezó a sonar "Terriblemente cruel" su canción favorita. 

Faltaban cinco minutos para empezar y fue directamente al aula que tenía asignada ese día. Entró y de repente, Lucía. Sus ojos azules se clavaron en los fríos ojos marrones de Marta y fue cómo un jarro de agua helada encima. Marta se acordó de la condición de anoche. No sabía que hacer irse por dónde había llegado o que se la tragara la tierra. 

Marta estaba paralizada de los nervios. Lucía se acercó y le dijo en voz baja. "No muerdo Marta, tranquila." Reaccionó y se puso a reír, esa risa nerviosa que muchas veces le sale a todo el mundo. Marta la abrazó y se saludaron. Y se fue cómo siempre detrás a sentarse. Lucía estaba un par de filas más adelante. Una chica le susurraba pero no le dio importancia.  

Esa tarde Marta estaba con unas amigas del colegio tomando unas cañas y les contó lo que había pasado esa mañana. Lo encontró raro pero ninguna le dio más importancia que solo quería ser amable con ella. 

21:30 

Marta estaba cenando y de repente suena una notificación.

"¿Tanta vergüenza tienes de saludarme?"

Marta sonreía al teléfono aunque no sabía dónde meterse. Le contestó y empezó una conversación que tardó horas en terminar. 

Lucía la hacía reír hasta que le salían agujetas en la tripa. Y ella estaba feliz. No sabía que pasaba.


La mañana siguiente volvieron a saludarse y hablar como si ya se conocieran de toda la vida. Se sentaron detrás juntas y estuvieron toda la mañana hablando. Ese día Marta se iba una hora antes que Lucía. 

"¿Quieres ir a tomar algo?" Lucía le estaba proponiendo saltarse esa última clase para ir a tomar algo con ella. A Marta solo le salían las palabras "No lo sé, cómo tu quieras" Lucía se reía porque la veía nerviosa y ella se ponía aún más nerviosa cada vez que se reía. 

¿Qué me pasa? Marta se repetía una y otra vez esta pregunta. Y aunque no estaba segura de lo que hacía se fue con Lucía al bar que había al lado de la universidad. Parecía que se conocían de toda la vida, esa química, esa conexión... nadie diría que llevaban 48 horas hablando. Ninguna quería irse a su casa pero tenían que hacerlo, sus padres las esperaban. Lucía acompañó a Marta a su coche sin dejar de hablar y aunque no lo pareciera Marta tenía un nudo en el estomago que pensaba que en cualquier momento sacaría todo lo que tenía dentro. Llegaron al coche y Lucía empezó a hablarle cerca, muy cerca del oído, Marta temblaba cómo un flan y ese nudo del estomago cada vez era más grande. Lucía no dejaba de hablarle cerca del oído, a centímetros de sus labios. Hasta que Marta dejó su cabeza en blanco y lo hizo. 

Se fundieron en un apasionado beso. Y de repente ese nudo del estomago desapareció.


8 de noviembre de 2022

Otra página más.

 ¿Cuándo? ¿Cuándo nos dicen que el amor duele? 

Solo nos dicen que seremos felices y comeremos perdices... y de momento no veo por ningún lado la realidad de eso.

Nos hacen creer que un día aparecerá nuestro príncipe azul, nos casaremos y seremos felices para siempre. Mentira. Puede que aparezca, claro que si. Pero no siempre aparece, ni es así como termina nuestra historia de "amor" por decirlo de alguna forma. 

Quizás quiera estar sola, con un príncipe o una princesa, con un perro o un gato etc., hay tantas formas cómo números.

No quiero decir con eso que no exista el amor, pero no es cómo nos lo enseñan y deberían dejar de idealizarlo tanto.


Y sí, creía que esta vez si. Pero no. Otra página más que dejo atrás.




8 de septiembre de 2021

Once upon a time

 Hace ya unos cuantos años conocí a una persona que me salvó la vida, mentalmente hablando. Hacía ya tiempo que no sabía nada de ella, perdimos el contacto poco a poco sin saber que estábamos viviendo más cerca de lo que creíamos. 

Era una persona a la que no hacía falta ir y decirle nada porque me miraba la cara y me decía exactamente lo que me pasaba, una persona que hubiera movido - y creo que aún lo haría-  cielo y tierra por verme bien. Era cómo... bueno que voy a decir, no hay nada ni había nada con que pudiera compararla de lo increíble que era.

Hace un par de días casualidades de la vida, su madre comentó una foto mía de Facebook, por error o por lo que sea, a lo que yo me pensé que había sido ella (se llaman igual). Mi mundo se paró por un segundo recordando todo eso y decidí mandarle un mensaje por WhatsApp. Hablamos y no sabéis la ilusión que me hace poder decir que hemos quedado un día cuándo vuelva del viaje. Mi yo nerviosa a vuelto, pero feliz de verla.


Y si, estoy en stand by de escribir no me preguntéis porque, no sabría responderos. Pero aquí estoy.




22 de febrero de 2021

Pain

 Me duele, noto cómo si el corazón me fuera a estallar, cómo si fuera ansiedad. Se me partió el corazón el sábado, cuándo la persona más importante del mundo se enfadó conmigo y me dijo que no la dejaba hacer nunca nada. Se me partió el alma cuándo me dijo que no quería hablar y ahí fue dónde mis lagrimas salieron y no pararon, me pasé la noche -lo que quedó de ella- despierta, llorando. El día siguiente fue igual o peor, no dormí pero tampoco comí y solo intentarlo me daban arcadas. 

Tengo el alma rota en mil pedazos, el saber que quizás quiera dejar de estar a mi lado, de hablar, de estar cómo estábamos me ahoga. 

Sé que vosotros me diríais lo que todo el mundo, que tengo que valorarme, que tranquila o ya se le pasará. Pero, ¿de que me sirve la teoría si no es lo que quiero?  Y todos sabemos esto.


Quizás me equivoqué en algo, lo sé, no fueron las formas. Pero mis ganas de estar todos juntos y unos celos no pensaron antes de hablar.


Ella no va a leer esto, vosotros si. Pero si esto llega a ella, algún día, por alguna razón. Quiero que sepa que es el amor de mi vida, que nos enfadamos cómo todo el mundo, que tenemos opiniones distintas e iguales a la vez, que reímos, lloramos y todo lo bueno y malo del mundo. Pero lo hacemos juntas y ¿sabéis? Me tiene enamorada des de ese día que la vi entrar en mi clase de farmacia. Con ese pelo rubio y esos ojos azules y su pose, cómo yo le digo siempre, de "shula"

Te quiero A, nunca he dejado de hacerlo, con más o menos intensidad pero siempre estas revoloteando en mi cabeza. Ta daría mi vida entera para que nuestros caminos se juntaran otra vez de distinta forma.


 "Cremaria 100 vides per tornar-te a conèixer"








20 de agosto de 2020

¿Empezamos?

                           

    Su corazón empezó a romperse poco a poco en mil pedazos, pedazos que no podían verse a simple vista. 

¿Cómo podía arreglarlo entonces? La tristeza que tenía le sobrepasaba y ella sin poder, o más bien, sin saber que hacer- Con ella, con su vida y todo lo que la rodeaba.

Le temía a lo que realmente tenía que hacer. Le daba miedo ver la verdad, por sus grandes dudas y la más importante: ¿Y luego qué?

Tenía que aprender a llevarlo sola, a dejarlo fluir todo, que la vida siguiera sin las preocupaciones que la ataban atrás. Y ese era su defecto, que se anclaba al pasado. Y debía romper esa ancla ella sola y superar todo lo que le viniese por delante. no encerrarse. 

Ella quería ser feliz, pero tenia que decidir y tomar otro camino de su vida. Empezar otra vez por otro lugar.

                                           Start now!!! | Reflexiónes, Positivo, Pensando en ti

13 de agosto de 2020

Quizás

"Quizás lo mejor, a veces, sea apartarse del camino.
Aunque con ello te estés arrancando la vida."

Esta frase, la leí un día y no sabéis lo que me hace reflexionar, por lo menos a mi.
Y pienso que es totalmente cierta, a veces queremos tanto algo o alguien que eso nos hace daño y aunque alejarte sea aún más doloroso para ti, un día dejará de doler y volverás a sonreír. Quizás era una prueba de la vida para hacerte más fuerte, o simplemente, una "putada" para que veas y aprendas cosas, quizás si eso era para ti, la vida volverá a juntaros, en otras situaciones, en otro momento de tu vida en el que hayas aprendido y sea todo distinto. 
Quizás, entonces si. Pero no esperes eso, disfruta.

  The Ancillary Benefits and Burdens of Choice

23 de julio de 2020

Hipocresía

Sabéis, a veces nos preocupamos demasiado por una persona que en realidad no nos valora, que por mucho que nos digan que nos quieren o que les importa tu opinión, es mentira.
Como se puede ser de esa manera, sabiendo que esa persona se esta preocupando por ti más de lo que debería, haces como si nada.
No te importan sus sentimientos o lo que pueda llegar a pensar? 
No puedo entenderlo, de verdad, no puedo. 

                          hipocresía raroantojos | LOSTINWORLD

Marta.

  Marta llevaba tiempo queriendo estudiar y volver a la normalidad, su normalidad. Era final de verano, tras dos años Marta había vuelto de ...