Por eso, os cuento un consejo, en el cuál me aferro cuándo me pasa algo parecido, inspiro, relajo la mente y pienso; va a hacer que le hable mal a otras personas por su culpa? No. Entonces, cierro los ojos, desconecto un minuto y vuelvo en mi. No tengo que preocuparme por esa persona, que me provoca eso, me olvido de el/la y vuelvo a mis cosas, nadie puede hacer que nos de rabia, impotencia, o nos cambie la forma en la que debemos hablarle a la gente.
Si más no, si ves que no puedes controlarlo, coges y desconectas de la gente un rato, escucha música, ve la tele, sal a pasear... Hay mucho que hacer en lugar de ponernos en contra de todo el mundo. Podemos, siempre vamos a poder. Con cualquier cosa.
Muchos besos.
C.
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