Hace ya unos cuantos años conocí a una persona que me salvó la vida, mentalmente hablando. Hacía ya tiempo que no sabía nada de ella, perdimos el contacto poco a poco sin saber que estábamos viviendo más cerca de lo que creíamos.
Era una persona a la que no hacía falta ir y decirle nada porque me miraba la cara y me decía exactamente lo que me pasaba, una persona que hubiera movido - y creo que aún lo haría- cielo y tierra por verme bien. Era cómo... bueno que voy a decir, no hay nada ni había nada con que pudiera compararla de lo increíble que era.
Hace un par de días casualidades de la vida, su madre comentó una foto mía de Facebook, por error o por lo que sea, a lo que yo me pensé que había sido ella (se llaman igual). Mi mundo se paró por un segundo recordando todo eso y decidí mandarle un mensaje por WhatsApp. Hablamos y no sabéis la ilusión que me hace poder decir que hemos quedado un día cuándo vuelva del viaje. Mi yo nerviosa a vuelto, pero feliz de verla.
Y si, estoy en stand by de escribir no me preguntéis porque, no sabría responderos. Pero aquí estoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario